PERICIA SENIL.

A mis queridos viejos; que con sus sabios y lentos consejos, nos proveen siempre de una fuerza mágica en todos los momentos, que nos hacen olvidar el dolor y el afán del sufrimiento.

A mis queridos viejos; por enseñarnos a dar de intensa forma y nada esperar, por sus palabras a tiempo, aunque hayamos caído nos enseñan a levantarnos, caminar, correr, amar, arar y cosechar.

A mis queridos viejos; que trabajan laboriosamente bajo el cielo caluroso, pero sobre una tierra fertil y generosa, que les brinda el sustento del pan que sabe eterno y glorioso.

A mis queridos viejos; que han recorrido caminos, que han cruzado ríos, que han subido montañas, dejando el cansansio a un lado para ver desde lo alto la luz, aquella que un día de nuestra madres dieron a través de sus entrañas.

A mis queridos viejos; que dejaron la faz de la tierra para emprender otro camino, que murieron en paz, en llanto o en soledad, aquellos viejos que reencontraremos al final del destino.

A mis queridos viejos; les agradecemos lo que ahora somos; por darnos la vida, por su amor, por sus sabias palabras, por un cálido y suave abrazo, por sus sonrisas y por sus llantos, por los regaños, por curarnos las heridas, por consolar nuestros lamentos, por hablarnos en silencio, por el ejemplo de la honradez, por aquel entusiamo, por los desacuerdos, por las verdades, por los descontentos y sencillamente por vivir a nuestro lado.

A mis queridos viejos.... Dedicado a la Memoria de mi Abuelo.
Tweet