MI AMIGO "EL GATO".

Un día mirando fijamente al horizonte perdido, donde el calor del Sol reflejaba su fuerza en un extraño vaivén de destellos. Lograba lucidar una rara luz que cortaba mi atención. Muy lentamente comencé a perder mi punto de enfoque de aquel horizonte, desviando mi mirada hacia aquella luz distante que me invitaba a observarla. De pronto mis ojos ya con mis pupilas dilatadas de aquel radiante fulgor, comenzaba a distinguir una leve silueta que en cada paso más se acercaba. En unos instantes logre entender que a mí se acercaba, era un pequeño con su cara pintada. En su rostro brillaba el rocío de arena, con su cabello color de oro y sus ojos como el alba tan celeste como el cielo pero triste en su alma.

Con un blandon tono entre suspiro y suspiro se dirige a mi alma con su tierno silencio. Mirándome a los ojos y guardando sus secretos; en un paulatino instante de cruces inciertos comprendo lo grande y entiendo el momento. Dios me hablaba en bajo, en un suave silencio donde me decía que ahí estaba en aquella majestuosa mirada. Decidí a desenfundar mi cámara, capturar el tierno momento; congelar el instante y revelarte el secreto. Al poco instante clavado en ese emotivo evento logre salir de mi asombro y entender el momento. Saliendo de mi estupor vi aquella silueta fundirse en el ocaso rojo, caminando muy recto emprendiendo rumbo a encontrarse con aquel sol perfecto.